
Para
este mundo con reglas propias, ser radioaficionado supone una carta de
presentación, un valor agregado que implica camaradería, solidaridad y hospitalidad.
En una tarde en algún club, las historias de encuentros con otros
radioaficionados se multiplican por cada miembro. Este es el objetivo primario
de la actividad. Navegar por el dial en busca de una respuesta, empezar a
hablar e intercambiar información. Tan sencillo como eso. Una suerte de
paradoja, porque es una actividad solitaria que busca un contacto del otro
lado. Y el certificado oficial de cada vínculo que hace un radioaficionado es
una tarjeta QSL, una especie de tarjeta postal que se intercambia con cada uno
de los radioaficionados que se hizo vínculo, y que hoy día tiene su variante electrónica.
La radioafición es un servicio de la Unión Internacional
de Telecomunicaciones que tiene por objeto: "La auto-instrucción, la
intercomunicación y las investigaciones técnicas efectuadas por aficionados,
esto es, por personas debidamente autorizadas que se interesan en la
radiotécnica, con carácter exclusivamente personal y sin fines de lucro."
(World Radiocommunication Conference 2003 - 1.56 Servicio de radioaficionados).
Esta definición aceptada universalmente por todas las naciones hace especial
hincapié en la faz técnica y educativa de la actividad, a la cual se define
oficial y formalmente como amateur, no como hobby. Se puede tener afición por
la radio en sus diferentes formas o practicarla cuando es posible como un
hobby, sin detrimento o menoscabo del significado de este término, pero
técnicamente la radioafición como servicio de la ITU (siglas en ingles) requiere de conocimientos
técnicos, reglamentarios y operativos específicos para poder montar una
estación autorizada y contar con licencia para emitir señales en las bandas
especialmente designadas para ese servicio.
Los radioaficionados
utilizan diferentes tipos de equipos de radiocomunicaciones para
intercomunicarse con otros radioaficionados, ofrecer un servicio a la
comunidad, recreación y autoformarse en las disciplinas técnicas de la radio.
Los radioaficionados gozan
(a menudo en todo el mundo) de comunicaciones inalámbricas personales entre sí,
y son capaces de apoyar a sus comunidades con comunicaciones de emergencia en
caso de desastres o catástrofes si es necesario, mientras aumentan su
conocimiento personal de la teoría de la electrónica y de la radio. Se estima
que unos seis millones de personas en todo el mundo participan regularmente de
la radioafición
Es una actividad regulada por el Estado, en
Venezuela a través de CONATEL. Para tener la licencia hay que hacer un curso
dictado por alguno de los entes autorizados (Radio Club Venezolano y Asociación
de Radioaficionados de Venezuela) y presentar una prueba. El curso inicial
requiere unas 80 horas y, entre otras destrezas, los aspirantes deben
aprender telegrafía.
Hay tres temas que no se pueden tocar: política,
religión y no se pueden hacer comunicaciones para sacar un provecho económico.
Hoy día más que nunca, resulta un hobby
considerablemente costoso. Un equipo usado básico y antiguo, como para empezar
a transmitir puede costar entre 50 y 100 U$. Cualquier equipo nuevo podría
superar los 1000U$.
Hoy día el
número de practicantes de radioafición en el mundo ha disminuido
considerablemente ya que muchos hacían uso de este por necesidades de
comunicación personal, cubierto hoy día por la telefonía celular y otros medios
de comunicación que han llegado a mas personas.
LA
RADIOAFICIÓN:
1.
Desarrolla una fuente de experiencia en la electrónica sin costo para la
nación.
2.
Contribuye y demuestra innovaciones en la electrónica.
3. Promueve
la exploración de los fenómenos de propagación, así como el desarrollo de
tecnología para el uso más eficiente del espectro de frecuencias.
4.
Proporciona recursos para comunicaciones en casos de desastre.
5. Promueve
la amistad y comprensión internacionales.
6. Proyecta
la imagen de la nación.
7.
Proporciona una oportunidad de aprendizaje para todos, incluyendo los jóvenes,
los de mayor edad y los minusválidos.
8. Es un
servicio disciplinado que se regula por sí solo.